5/20/2016

La vergüenza de no hablar Inglés


Me sorprende mucho cuando un estudiante me dice: "Profe, es que yo el inglés lo leo bien y lo escribo también pero no lo hablo bien... Yo suelo quedarme atónito, no por lo que me está diciendo sino cómo me lo dice. De lo más natural, como si eso fuera normal. A veces les pido que enumeren el orden en que aprendieron su lengua materna. Me miran sorprendidos como si les acabara de preguntar el número Π. Y se sorprenden aún más cuando les recuerdo que durante el primer año de su vida se dedicaron a Escuchar, sin entender el significado de cada expresión (mucho menos de cada categoría gramatical) hasta que con el tiempo asociaban los sonidos con su significado y por ahí los más despabilados lo empezaban a repetir hasta que cuatro años más tarde medio dominaban un grupito de frases (Hablar), y por allá dos o tres años más tarde, si no estuvieron en uno de esos colegios que atrofian habilidades cognitivas en los niños donde los obligan a leer antes de que sus funciones psicomotoras maduren, aprendieron a Leer (proceso que naturalmente les toma un tiempo prudencial de varios años) por allá y de último aprenden a Escribir; habilidad que se desarrolla naturalmente por el resto de la vida. De manera que el proceso natural de desarrollo debe ser: 1. Escuchar 2. Hablar 3. Leer 4. Escribir. Pero no, en ese deshuesadero emocional e intelectual que es la academia (me resisto a llamarle a esa cosa "Educación"), les obligan a desarrollar las cuatro habilidades juntas y no precisamente en ese orden). Algo totalmente anti-natural y anti-humano, pero como lo validan las grandes multinacionales lideradas por el Consejo Británico (eminencias infalibles), todo el mundo da por sentado que así es (como la mayoría de nuestras creencias), que si ellos lo dicen, así debe ser, después de todo son los expertos ¿No? El ciudadano común ni se plantea la posibilidad de que le están atrofiando, condenando al fracaso a una vasta población de individuos que se "quiebran" frente a lo antinatural y quedan damnificados de por vida frente al aprendizaje de cualquier idioma. "Profe es que yo soy malo pa'l inglés". Pobres criaturas, sacrificadas en el altar del negocio del aprendizaje de idiomas que para rematar condena al individuo al cadalso de la vergüenza por no hablar inglés (Dizque hablar inglés es el pasaporte al éxito y a la felicidad). Todo sea por el negocio; esta industria mueve unos 300 millones de dólares al año sólo en Colombia y se nutre de estos 'desheredados' de la academia que intentan una y otra vez, dejando mucho dinero a estos institutos que viven de eso sin resultados realmente satisfactorios. 
Creo que me voy a crear una fundación que se encargue de "recoger" a estos desposeídos y darles esperanza de nuevo. Así como hay quienes se conduelen de animales desahuciados, enfermos y sin hogar, voy a dedicarme a recoger los pedazos que dejen las instituciones "expertas" en la enseñanza del inglés. Espero que la vida me de las fuerzas...

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