5/27/2023

CAFÉ CONSCIENCIA I

 

Voy a hacer algún tipo de resumen del tema central que surgió orgánicamente en nuestro primer encuentro de Café Consciencia. Y debo empezar admitiendo que me sorprendió que algunas personas, viejos amigos hubiesen respondido y participado; la iniciativa surgió en ese mismo lugar alguna vez donde regularmente me reúno con mi amigo Robert Barraza con quien suelo compartir inquietudes, temas, reflexiones que nos surgen de la cotidianeidad; se nos ocurrió que teníamos conocidos y amigos que pudieran aprovechar la participación de personas de distintos orígenes, profesiones y espectros sociales y filosóficos para su propio beneficio.

La frase que quedó como cierre de la jornada fue: “Eso es lo que hay”. Y se desglosa de la conclusión de que nos pasamos la vida alimentando expectativas sobre casi todas las esferas de experiencia; cuando esto o aquello suceda, cuando tenga esto o aquello, cuando ella o él cambie, cuando… Cuando… Y se nos va la vida esperando situaciones ideales que difícilmente sucederán, aplazamos, procrastinamos lo que sí deberíamos estar haciendo hoy porque no tenemos las situaciones ideales que de alguna manera se “instalaron” en nuestra mente y las convertimos en fuertes condicionantes para la acción. Necesitamos tomar decisiones y poner acción, aunque el escenario no sea ese ideal. Los participantes coincidieron en su totalidad que muchas veces se les había ido la vida esperando escenarios ideales para la acción, que fácilmente hubieran podido empezar, con lo que había, con lo que hay. Alguien más ahí mencionó que inconscientemente solemos responsabilizar a otros sobre nuestras emociones, “los demás nos hacen sentir o estar…” alegres, deprimidos, amados, etc. Por lo tanto, con frecuencia procrastinamos esperando que “los demás” activen en nosotros los sentimientos que necesitamos para la acción; en otras palabras, que la motivación para hacer las cosas que sabemos que tenemos que hacer, la esperamos de otros; o sea, que la motivación, que no es otra cosa que El Motivo-Para-la-Acción, sea una iniciativa exógena. Al final coincidimos que demasiadas personas tomaron las riendas de su vida con mucho menos de lo que con frecuencia contamos nosotros mismos, empezaron con lo que tenían en ese momento y resolvieron aspectos que para ellos sí eran relevantes en sus vidas.

“Ella tomó su taza, sorbió un poco de su bebida y casi que hablando para sí misma susurró: Pues la verdad es que es lo que hay…”


5/21/2023

UÑAS NEGRAS

 


Mi amigo Víctor, me pidió mis apreciaciones sobre su último libro Uñas negras. Aquí quiero compartir con ustedes también mis soliloquios sobre la obra.

"Bueno, me pareció interesante el estilo narrativo, el diálogo. Un lenguaje muy sencillo y asequible para el lector común sin pretensiones.
Varias de las ideas expuestas me recordaron mis experiencias en el taller y que me sirvieron mucho desde entonces. 
Dejas claro que tu propuesta (al final) es una utopía, como lo reconoces ahí, por lo que desde ahí y como toda utopía, es un sueño; si es realizable o no, cada uno tendrá sus razones para creerlo, personalemente creo que no; no porque sea difícil en sí mismo, sino porque soslaya el elemento común que atraviesa transversalmente a la criatura humana y es su humanidad. Yo no creo, y no quiero enredarme en ninguna discusión ontológica sobre la naturaleza moral de este homínido primate, no creo que los "malos" son unos y los "buenos" otros, como parece ser el postulado común; creo que la maldad y la bondad atraviesan a esta criatura, sea cual sea su orígen, profesión, estrato social, raza, etc. Una criatura en eterna evolución y por desgracia, también en algunos: involución.
Por otro lado, creo entender el significado etimológico que le asignas a la cultura, relacionado con cultivar la tierra; lo entiendo y me parece poético, yo me inclino más por su raíz griega que la vincula más con "revolver", "mudar", "mover"; por lo que lo relaciono más con "educación". Por tanto, la cultura la relaciono con la educación. Por supuesto no estoy hablando de nuestros sistemas educativos, lo relaciono con la acción de cultivar el espíritu en su conocimiento del mundo, en la comprensión de los demás, en la aceptación de las diferencias, en la aceptación de lo que somos y dónde estamos, pero sobre todo en el conocimiento de sí mismo. Por tanto, una persona culta, cultivada, es aquella que es capaz de comprender al otro, a su propia cultura y cosmovisión de la vida sin sentir la necesidad de cambiarlo, de descalificarlo por ser diferente, sea negro, indio o blanco, rico o pobre, de la ciudad o del campo. 
Por eso, a diferencia de lo que entendí es el postulado subyascente del mensaje de Uñas negras, el enemigo no es el blanco, el invasor, el capitalista, el materialista... El enemigo es el individuo mismo que siente que tiene enemigos a vencer, cuando el enemigo está dentro de nosotros mismos y que en varios apartes mencionas claramente: nuestro ego. El de cada uno de los primates que respiramos en este planeta. Así que nos veo como don Quijote luchando contra molinos de viento, tratando de vencer a un enemigo que no está afuera, está dentro de nuestra psiquis.
No esperaba que esto fuera tan largo, jeje, no quiero aburrirte más con esto, espero no creas que es una crítica, más bien estaba pensando en voz alta y pues qué voy a saber yo, no soy escritor ni filósofo, sólo puedo hablar desde mi experiencia y cosmovisión del mundo, aunque esté equivocado.
Un abrazo mi hermano y gracias por la oportunidad de leer el libro."