La halitosis es un término que sirve para definir
un trastorno funcional que consiste en el aliento desagradable y que la ciencia
se lo atribuye a factores fisiológicos o patológicos y es de esas condiciones
que no sólo la sufren quienes la padecen sino mayormente quienes rodean a los
que la padecen.
Dentro de su tipificación, me llama la atención
una que los médicos llaman Halitosis verdadera y cito textualmente: “La
halitosis verdadera está determinada por la presencia de un aliento
desagradable, cuya intensidad sobrepasa los límites socialmente aceptables, por
lo tanto resulta perceptible para los demás. Se subclasifica en halitosis
fisiológica y halitosis patológica”.
Por otro lado tenemos a estas personas que
sufren de una condición llamada Hipersensibilidad olfativa; creo que ya vas
sospechando hacia dónde voy…
Yo soy uno de ellos, pero lamentablemente mi
hipersensibilidad olfativa no se refiere a la halitosis fisiológica/patológica
sino a aquella que sufren algunas personas que cada vez que abren el hocico es
para hablar mal de alguien, criticar al prójimo, al familiar, al extraño y
hasta a su madre. Esta es la que yo llamaría “halitosis verdadera”; este
aliento extremadamente desagradable que emanan estas personas sobrepasa los
límites socialmente aceptables y a mi entender clasifica como halitosis
patológica; siempre tienen algo que decir, algo que opinar (malo) sobre
cualquier persona, situación, gobierno, proceso, o lo que caiga en sus
apestosas fauces. Suele pasarnos a nosotros los de hipersensibilidad olfativa
que cuando aprendemos a reconocerlos, nos levantamos horrorizados y nos vamos; percibimos
su mal aliento, su mala vibra aunque no hayamos hecho contacto visual aún, lo
sabemos (a veces cuando ya es demasiado tarde y ya ha abierto su bocaza y dado
rienda suelta a su incontinencia textual). Contrario a la halitosis
convencional, estas criaturas desconocen que la sufren, se perciben a sí mismos
como personas muy inteligentes y bien informadas; sienten esta necesidad de
esparcir sus opiniones y disertaciones micobacterianas y que sería una lástima
que su infortunado auditorio se perdiera de sus profundas reflexiones y
opiniones. ¿Conoces a alguien así? ¿Alguien que abre la jeta sólo y exclusivamente
para vomitar y volcar sobre los demás su miseria interior? Los vas a reconocer
porque habla mal hasta de su propia familia, de sus amigos, de gente que
incluso le ha extendido su confianza.
Por si las moscas te invito a hacerte un test
infalible cada mañana, no vaya a ser que padeces de halitosis verdadera y no lo
sepas. Es importante que te sitúes ante un espejo, te acerques y extiendas tu
aliento y te preguntes: ¿Estoy abriendo mi boca durante el día para bendecir
(hablar bien de los demás y de ti mismo/a) o vivo esparciendo mis opiniones
(críticas por supuesto porque soy un pensador contestatario y avispado) la
mayor parte del día?
Al menos así lo hago yo para mantener a raya
esta lamentable enfermedad. Funciona.
Disclaimer: Nada de lo que escriba en este blog o en mi
perfil, debe ser tomado en serio ni con ello le estoy diciendo a nadie cómo
debe vivir. Leer bajo su propia responsabilidad.