10/14/2022

MOVER LA LÍNEA DE LA ÉTICA

 


Estas iniciativas, me parecen súper interesantes porque reflejan más bien una posición o un subterfugio audaz e ingenioso para establecer y normalizar conductas en una sociedad; claramente dependiendo del norte de cada liderazgo, me imagino que lo harán con las mejores intenciones o eso prefiero creer.

Pero analicemos un poco el contenido de estas propuestas. El director de la Dian propone legalizar y gravar este producto de exportación colombiano muy exitoso; el objetivo subyacente consiste en que así se recaudaría más dinero (aparte de las reformas ya en marcha), para así contar con recursos ilimitados para invertir en educación, salud y todo lo bueno que hay en esa patria prometida. Esto va en la línea del argumento que dio por ejemplo nuestro honorable presidente en una alocución conmovedora en la ONU y es que la cocaína no es tan peligrosa porque muere menos gente por sobredosis que por inhalación de gases… o algo así entendí y que esto alejaría a la policía de los agricultores de coca (Esta fijación con la policía merece un capítulo especial, otro día), despenalizando la producción de hojas de coca y permitiendo a los colombianos consumir cocaína de forma segura.

Sin embargo y aquí viene mi primera objeción y es: Yo creo que se han banalizado los efectos de la cocaína cuantificando las muertes por sobredosis, desconociendo los efectos de esta droga en la conducta de las personas. ¿Cuántos crímenes, accidentes fatales, destrucción de familias enteras, relaciones, fortunas, negocios, ha producido el consumo sin sobredosis) de la cocaína en los individuos? No estoy hablando de las luchas entre carteles relacionadas con la producción y distribución de la coca, estoy hablando de los efectos nocivos en la salud psicológica y emocional de las personas comunes y corrientes que la consumen y su entorno. Quisiera preguntarte ¿Conoces de cerca la problemática de una familia en la que un miembro es adicto a la cocaína? ¿Podríamos atenuar los efectos sociales, psicológicos, económicos, familiares de esta adicción si lo comparamos con la cantidad de dinero que podría el estado recaudar para… Lo que dicen que usarán ese dinero? ¿Se ha hecho un estudio estadístico de la relación directa entre el consumo de cocaína y los niveles de violencia y seguridad pública, la violencia doméstica, el maltrato infantil, el homicidio, los atracos...? ¿Justificaría todo esto siempre y cuando los productores, distribuidores y consumidores paguen un impuesto justo? En ese orden de ideas, se me ocurre que se pueden gravar otros productos y servicios que podrían dejarle buenos réditos a la DIAN; estudiemos legalizar entonces también el uso de armas de fuego, legalicemos la trata de mujeres, la pedofilia, entre otros. ¿Cuál sería el rasero que usaremos para decidir cuáles productos y servicios deberíamos legalizar y cuáles no? ¿Cuál es la medida? ¿Hacia dónde vamos a mover la línea de la ética ya que esto ha sido social y públicamente aceptado por las ciudadanías libres?

No más preguntas su señoría, por ahora.


10/12/2022

EL OVERTHINKER

 

Bzzzz… mañana tengo que hacer ese pago… bzzzz ¿Y ahora que me irá a decir? Bzzz… ayer se me olvidó enviar ese correo… Bzzzzz… ¿Qué será lo que quiere de mí ahora…? Bzzzzz… ¿Cómo me levanto ahora ese billete? Bzzzz… Necesito pagar la cuota del carro.. Bzzz… Me parece el colmo que… Bzzzz…

Esta es la cabeza de un “overthinker”. Una persona cuyo sistema operativo mental no para de pensar, de enhebrar ideas inconexas, frases desarticuladas entre sí; Si pudieras escuchar el ruido mental de un overthinker, no podrías soportarlo por mucho tiempo. Y hablando de tiempo, su plano temporal es siempre el pasado o el futuro, nunca está presente en su cuerpo, porque todos estos pensamientos no se generan durante la acción que esté realizando sino mientras hace otras cosas, mientras conduce, camina, come, incluso con frecuencia, mientras habla con otras personas. El overthinker cree que todo ese ruido mental es lo normal, esas voces que escucha en su cabeza creyendo que son las suyas, lo habitan desde que tiene uso de razón, por lo tanto “debe” ser normal ¿Verdad? ¿Qué tiene de malo? Después de todo es lo que nos distingue de los animales, se autosugestiona. Un overthinker, a pesar de ese zumbido enloquecedor que sin saberlo lo atormenta, cree que si no fuera por eso, no habría alcanzado los logros que ha alcanzado en la vida, ignora simplemente que ese mismo zumbido también le ha traído sus peores pesadillas. Carece de la capacidad de disfrutar del regalo precioso del momento presente, salvo esos breves… Brevísimos momentos en que logra enfocarse en el primero de 100 bocados de comida; no puede, no sabe sincronizarse con la vida. Desconoce que está desafinado y va así, como esa bestia de la selva que camina desapacible entre una nube de moscas que lo atormentan día y noche y no sabe cómo espantarlas. El overthinker vive siempre fuera de sí mismo, vive en los demás, por lo demás y no es consciente de lo que sucede dentro de su cuerpo, en su interior; va por ahí dándose tropezones con todo, con todos, desafinado; pensando y pensando, ofuscado, confundido, inconforme, perdido. Cuando conversa no está realmente escuchando al otro, sólo espera que se calle de una buena vez para poder exteriorizar sus valiosos pensamientos. No sabe o no puede disfrutar de las cosas sencillas de la vida, no recuerdan el último sabor que acogió su boca, ni el último olor que acarició su olfato, ve sin ver, oye sin escuchar…

Cuando no está ensimismado pensando y pensando, el overthinker se imbuye en su celular, ve videos que pasa con su dedo, uno tras otro con prisa, no hay tiempo que perder, el tiempo es oro, la vida pasa ante sus ojos irracional e indescifrable; cuando logra dormirse por puro cansancio físico porque hasta antes que se le cierren los ojos está pensando y pensando, la vida inmerecidamente le da unas horas de descanso mental, si es que no se despierta a seguir pensando. Su cabeza es un hervidero de preocupaciones, de situaciones que no han sucedido y que probablemente nunca sucederán, pero no puede, no sabe detenerse. El overthinker se considera a sí mismo inteligente por eso, porque es un pensador nato; no tiene tiempo y esto es muy importante: el overthinker nunca tiene tiempo, todo es urgente; de cualquier modo la vida se le escapa de sus manos así como vino, confusa, contradictoria, indescifrable. Y cuando felizmente mueren, se quedan pensando confundidos… ¿A qué fue que yo vine a este mundo?