5/01/2023

¿POR QUÉ LE PASAN COSAS MALAS A LA GENTE BUENA?

 

Con “cosas malas”, convengamos que se trata de situaciones desagradables, accidentes, enfermedades, etc. (no me estoy refiriendo por supuesto a aquellos eventos inevitables asociados al propósito de vida de cada individuo), esto podría ser material para otro ensayo, pero concentrémonos en este. Te apuesto que conoces casos de personas que siempre le ocurren eventos desagradables, o al menos con cierta frecuencia; se le pierden las cosas, se golpean con otras, viven de relaciones tóxicas en relaciones tóxicas, se enferman con frecuencia, se accidentan con frecuencia, en fin… Vas y “analizas” a la persona y decides: Pero si es tan buena gente, tan servicial, tan noble… Y sea que tengas razón o no, el punto es que le pasan cosas malas. Pero permíteme proponerte el siguiente escenario imaginario: ¿Qué le sucedería a un buen creyente, una buena persona, un individuo ejemplar que hace obras buenas (es genuinamente bueno), si lo dejas en la mitad de la selva amazónica? Bien, entonces la pregunta está mal formulada, yo preguntaría: ¿Cuál es el fenómeno que coloca a personas buenas en la posición de que le pasen cosas malas? Entre 1.000 personas, es a la que le robaron, entre 5000, fue la que se accidentó, entre 10.000. le dió cáncer.

Por supuesto no tengo una respuesta definitiva, ni ningún aforismo religioso o metafísico que lo explique, faltaba más; sólo tengo una teoría y está basada en la mecánica cuántica, que no voy a explicar ahora por supuesto, sería muy aburrido para ustedes, pero sí te propongo un ejercicio investigativo: haz un análisis sincero de las emociones más recurrentes que suelen tener estas personas en su día a día. Las emociones son difíciles de identificar porque requieren de un altísimo grado de autoconocimiento y concordemos que no nos han entrenado para ello, pero simplifiquemos las emociones en dos tipos de categorías:

Esas emociones ¿Son agradables o desagradables? Por ejemplo, el miedo o temor constante (racional o no) acerca de lo que sea, ¿es una sensación agradable o desagradable? La rabia, la frustración, la tristeza, insisto: justificada o no, ¿son sensaciones consistentes? ¿Sutiles pero consistentes? Yo sí conozco buenas personas cuyas emociones base son la tristeza, la decepción, la frustración, la desesperanza. Son personas serviciales, devotas, una belleza. Pero creer que, si te enfrentas a un depredador en la selva del Amazonas, desarmado e indefenso y porque eres buena persona, este no te va a denostar… Es un poco ingenuo. El problema es que aprendimos a creer que ser una “buena persona” es garantía de que te va a ir bien en la vida. No tengo que decírtelo yo, dímelo tú. Ahora, con esto no estoy diciendo que “hay que ser una mala persona”. Aunque es casi imposible saber las emociones recurrentes de una persona, yo me aventuro a deducirlas según el tipo de eventos que recurrentemente le suceden. Y claro es mejor practicar con un mismo, yo ya puedo identificar con certeza qué tipo de emociones recurrentes tengo: Agradables vs Desagradables. Pero quiero terminar con el punto principal de toda esta perorata. En esta selva, por el sistema de vida en el que nos encontramos (coincidirás conmigo en que no es precisamente un paraíso perdido), cosas malas siempre van a pasar, el secreto está en cómo aprendes a reaccionar frente a ellas. Si te acostumbras a reaccionar simplemente, o sea si el evento es malo, permito que mis emociones desagradables se apoderen de mí, debo saber de antemano estoy cultivando todos los escenarios posibles que convergirán en más eventos desagradables. Se requiere de una enorme fuerza de voluntad para crecer, evolucionar, para que un evento negativo no impacte tan negativamente y sobre todo sostenido en el tiempo.

Por supuesto no tienes que creerme, tampoco necesitas “discutir” conmigo sobre este tema, si tus creencias, tu cosmología de la vida te dice otra cosa, sin duda te animaré a que las sigas; no pierdas tu tiempo discutiendo conmigo, igual sólo escribo esto en una mañana del lunes, tomándome un café, mirando por la ventana el frío azul de la capital, un poco desparchado. Capaz y estoy súper equivocado.