9/02/2021

 A los colombianos siempre nos han gustado las telenovelas. Desde el melodrama del telenovelón mexicano, hasta la tragicomedia burda venezolana de los 80's. El truculento cine colombiano con la inseparable inyección de narcotráfico, bandidos y putas; delincuencia y crueldad. La literatura trágica subrealista de nuestros criollos y los pasquines sanguinarios que siempre nos han vendido los tabloides locales y que hemos comprado alegremente por décadas.

¿Por qué iba a ser este un mejor país entonces tan sólo porque usamos los nuevos escenarios que trajo la globalización de la  tecnología y la economía con su twitter, facefuck, instagram, tiktok, etc. Si el contenido es el mismo? ¿Por qué íbamos a cambiar esta atractiva dieta coprológica y repentinamente nos íbamos a convertir en un mejor país, en mejores ciudadanos?

Sólo cambian los escenarios, los personajes; pero los viejos hábitos, transmitidos de generación en generación, permanecen y se quedarán con nosotros. Nadie nos ha enseñado a cambiar y tampoco nos interesa. De hecho, nadie nos ha enseñado que necesitamos es cambiar de dieta, no de plato. La mierda se sigue sirviendo en redes sociales y noticieros y nosotros la seguimos consumiendo.

¿De repente surgen políticos, líderes, influencers, periodistas, que van a cambiar esto? ¿Y estas criaturas exógenas de dónde vienen? ¿De qué planeta?