Estas campañas políticas colombianas son un circo, pasando por las encuestas, los desesperados intentos de sumar votos, con propuestas de gobierno obscenas, ridículas, descontextualizadas y espero que sólo sean eso, unas propuestas populistas por parte de los ideólogos de esa rancia izquierda de siempre, del socialismo light de los progresistas y del socialismo vegetariano del centro democrático (Ya es hora de que alguien les diga que no pertenecen a ninguna derecha y menos ultraderecha, por ahí serían una derechita vergonzante que no ha sabido defender los conceptos de la vida, la libertad y la propiedad privada).
Todas esas propuestas lo que dicen es que aman tanto a los pobres que quieren multiplicarlos. No quiero imaginarme a una chanda
de esas reemplazando al bastante incompetente presidente saliente.
Una de esas propuestas que busca sumar votos y cuyo
ideólogo no quiero mencionar, propone subir los aranceles a la importación de
alimentos… Dizque con el propósito de defender la producción nacional de la
competencia externa con respecto a la industria alimentaria. Voy a intentar muy
sucintamente explicar por qué es tan peligrosa esta propuesta, incluso peor que
su otra propuesta de acabar con la explotación de hidrocarburos que en su
momento trataré.
Si miras los países con mayores aranceles a la importación,
se encuentran Burundi, Zambia, Mozambique, Zimbabue, Tanzania… No sigo porque
creo que ya estás captando que estos países encabezan la lista de los peor
nutridos del mundo, cuando sus intenciones con estas medidas era lograr
justamente la “soberanía alimentaria”. El aumento de aranceles a los alimentos
importados hace matemáticamente que estos aumenten de precio. ¿A quiénes afecta
esto en primer lugar? A los ciudadanos con menores ingresos. Lo que parece no
saber este ilustre “economista” es que un país no necesariamente TIENE que
producir TODOS sus alimentos (él parece creer que sí), cuando dicha soberanía
alimentaria se logra más fácilmente con las ventajas comparativas.
No voy a aburrirte con teorías económicas que estoy
seguro que en tu vasta formación académica conoces por la lectura de toda la
escuela austríaca de economía; además cualquier mentecato con dos dedos de
frente puede percibir el enorme peligro que significa limitar los lazos
comerciales con otros países, podríamos terminar aislados para luego salir a
vociferar contra el bloqueo internacional que nos ha impuesto el neoliberalismo
imperialista yanqui.
Ya suficiente hemos tenido con las decisiones económicas
lamentables de nuestro presidente de Polombia, ese zurdito del centro
democrático que se ha encargado de aumentar el tamaño del estado tal como lo
haría cualquier lidercillo del socialismo del siglo XXI). Y acá seguimos
pensando que este mequetrefe es un representante de la “derecha masona”; ni nos
hemos enterado que hace rato estamos ya inmersos en un socialismo light; yo lo llamaría
más un Millenial-socialismo, una suerte de síntesis de Marx y Google,
transmitido en un iPhone por redes sociales.