El hijo pequeño de un amigo llega llorando a casa, sus padres tienen que
firmar un acta de compromiso de estos que figuran en los “manuales de
convivencia”, con sus decretos, artículos y resoluciones; con sus respectivos
numerales, parágrafos e incisos que se requieren para educar a los niños de Colombia
en la paz y la el desarrollo libre de la personalidad (como efectivamente se
evidencia en nuestra sociedad).
Pero ¿Cuál fue el crimen? Al parecer se interrumpió el fluido eléctrico y la
jaula quedó sin luz; se podrán imaginar la reacción inmediata de esos niños
desadaptados y disfuncionales con los que muchas de estas instituciones de bien
tienen que lidiar; pues al pequeño se le ocurrió nada menos que hacer este chiste: “Andrés ríase
porque no lo vemos…”. La profesora/guardiana, consideró que se trataba de un comentario racista
y ofensivo, por lo tanto, el pequeño criminal fue llevado ante el
coordinador de disciplina, fue debidamente procesado bajo la más estricta
normatividad de acreditación de calidad de su manual de convivencia, cerciorándose
de cumplir con el debido proceso; se emitió el veredicto final en forma de documento
para la mencionada firma suya y de sus padres para que semejante despropósito
no se vuelva a repetir. Cabe mencionar que mi amigo, el papá del niño es más
negro que yo, por lo que va a ser más difícil justificar la desobligante
conducta supremacista hetero-patriarcal de su morenito hijo durante la citación
que se le hizo; pero sobre todo, mi amigo va a tener que explicarle bien a su
hijo que ser oscuro no es normal y que cualquiera que se atreva a recordárselo, debe
ser sancionado, porque es intrínsecamente malo, porque si no ¿Por qué iban a
castigar a quien lo trajera a colación?
Le va a parecer por asociación, que el resto del mundo ahí afuera está equipado con un cuaderno de actas por doquier donde hacen firmar a todo aquel que intente “ofendernos”; porque claro, si el colegio es el laboratorio donde se le prepara para la vida, debe ser que la vida ahí afuera es así; aquel que se arriesgue a ofender a otro, tendrá que firmar su acta de compromiso porque así funciona el mundo en el que va a vivir. Más les vale que a él también le den su cuadernito de actas de compromiso para que haga firmar a todo aquel que lo ofenda de aquí en adelante. Ni modo, así es la vida.