3/20/2023

CICLOS Y CAMBIOS

 

La vida es un ciclo continuo de cambios, eventos cíclicos que, debido a nuestra efímera existencia de 70, 80… 90 años en el planeta, no percibimos con claridad; percibimos la vida como eventos enmarcados en ciclos de 7 días, 7 semanas o máximo 7 añitos; mientras en sus 4.54 billones de años, el planeta registra eventos cíclicos más amplios. Ni voy a mencionar los 7 segundos de concentración profunda que la social media, después de muchas investigaciones concluyó científicamente, que hemos alcanzado. Es por eso que un video, un audio de más de 7 segundos, ya no es interesante. O casi cualquier composición escrita mayor a 7 líneas no tiene muchas probabilidades de ser leído. Así que sí, se nos pueden estar escapando ciclos mayores. Estos ciclos pueden ser fácilmente medibles por las matemáticas precisas del Fibonacci; un entramado de causas y consecuencias históricas se entrelazan elaborando estos ciclos medianos y mayores, en cuyos límites y más por instinto animal que por el desarrollo de un pensamiento crítico, la masa humana percibe más bien como eventos incómodos.

Fíjate por ejemplo en los fenómenos cálidos del Niño y fríos de La Niña; forman parte del ciclo El Niño-Oscilación del Sur, ENOS. Estos ciclos tienen un período medio de duración de aproximadamente cuatro años, aunque en el registro histórico los períodos han variado entre 2 y 7 años. El año pasado por ejemplo experimentamos al Niño en su fase final de ciclo y este año cómo no, vendrá La Niña y su sequía. El atembado común, siguiendo la streaming media del momento, vociferará reclamando un mejor planeta y culpando en el mejor de los casos al neoliberalismo del calentamiento global; después de todo, podría informarse mejor, pero esos documentos científicos tienen más de 7 líneas y los videos más de 7 minutos. Entonces vive en un caos incesante de eventos que no entiende; es comprensible que no haya notado que por ejemplo en la américa del norte, un gobierno progresista como el de Obama, haya originado un cambio de ciclo opuesto que culminó en el fenómeno ultraderechista y conservador de Trump; lo que a su vez, al tocar el límite opuesto, terminó generando como reacción a un Biden, lo que a su vez volverá a poner en el poder (ojalá que no) a un Trump o a alguien más joven que represente algo peor… Y así.

Lo mismo ha pasado en países latinomaericanos, Venezuela, Argentina, y recientemente en Colombia… Un vórtice de emociones contradictorias y caóticas que no le permite al ciudadano del común, comprender el sentido cíclico de la vida; separar sus emociones exacerbadas por la social media, de los hechos científicos y observables. Porque imposible que no hayamos notado que sin importar el individuo, los partidos políticos, los sistemas económicos; si son el producto de la mente humana, estos cambios siempre se ajustarán a las característivas históricas de la conducta humana... Pero no. Este sí es el cambio, el salvador, el líder que nos llevará a la luz y la justicia:  Un ser de otro mundo, un animal de galaxia, diría el icónico Silvio Rodriguez.

Combinado esto con su pereza mental y espiritual, lo convierten en el blanco perfecto para la manipulación (de cualquier índole). Porque nunca verá la belleza aritmética de la vida; la sincronía musical de los eventos, la estética implacable del karma; sin embargo, su miopía intelectual parece eximirlo de cualquier responsabilidad moral, después de todo siendo él/ella, una pobre víctima de los acontecimientos, siente que no tiene opciones y que este es el mundo donde “le tocó vivir”; ah, pero todo será válido si tiene un títere en el poder a quién señalar y responsabilizar. Aunque yo sigo creyendo que su mediocridad no lo exime de una importante responsabilidad histórica.