EL FÚTBOL Y LA CIENCIA

 

Este es un tema del que no suelo hablar mucho, al menos no en público, pero intentaré darle un matiz científico.

El fútbol genera pasiones y estas, al ser respuestas emocionales, tienden a perder valor objetivo; es así como cada quién interpreta este deporte desde su propia experiencia y conocimientos. Esto infelizmente involucra a sus principales protagonistas, jugadores y técnicos. Pero el fútbol como cualquier operación ejecutada en un sistema, contiene elementos matemáticos y estadísticos. 

Qué más quisiera uno que por ejemplo la selección de fútbol nuestra, en cualquier categoría, lograra ganar campeonatos. Pero sin importar si tienes a un Pibe Valderrama, a un James o a la estrella ascendente más dotada, no lo logramos. Así que voy a ofrecer aquí un análisis que no creo que se haya hecho aún.

La Ley de los Grandes Números es un principio fundamental en la teoría de la probabilidad y la estadística. Establece que, a medida que se realizan más y más experimentos o se obtienen más muestras de una población, la media de los resultados tiende a acercarse al valor esperado o promedio de la variable aleatoria en cuestión.

En otras palabras, esta ley dice que a medida que aumenta el tamaño de la muestra, la variabilidad de los resultados disminuye y la media muestral se acerca a la media poblacional o esperada. Esto implica que, en el largo plazo y con un número suficientemente grande de observaciones, la probabilidad de obtener un resultado cercano al valor esperado es alta.

Cuando veo algún partido, me tomo el trabajo de anotar las veces que cada equipo dispara directo al arco. Pocas veces pasa la media docena. Si tenemos en cuenta que para ganar un campeonato, se deben ganar más partidos y que para ganar un partido se deben meter más goles que el contrario, según la ley de los grandes números, 6 disparos directos (con intención de gol), al arco contrario no es un buen número probabilístico. Si yo fuera el técnico, le diría a mis jugadores que no quiero que entren al camerino al final del partido, sin que el equipo haya disparado al arco contrario, por lo menos 20 veces, simplemente fundamentado en la teoría de la probabilidad; pero los técnicos, los comentaristas deportivos y en general todos están obsesionados con que el equipo "juegue bien" y "tengan la pelota"; los comentaristas tienen orgasmos cuando se refieren a su precioso análisis de porcentaje de dominio del balón. Pero ¿De qué sirve tener el dominio de la pelota si no es para colocar en posición de disparo al arco, a cualquiera que estuviese posicionado para hacerlo, durante al menos 20 ocasiones en un partido de 90 minutos?

Digo eso es sólo para divertirnos, juguemos a "La lleva" o a "Fusilados"; pero si es para ganar campeonatos, se deben ganar partidos y para ganar partidos, se deben marcar goles y para marcar goles necesitas comprender que la probabilidad estadística tiende a mejorar con el número de intentos.

STOP LOSS

 

En el mundo del trading, existe una herramienta que protege al inversor (especialmente al novato), de su propio ego. Se llama Stop Loss. Cuando el trader coloca una orden de venta o de compra, en un determinado precio, por el motivo que su análisis técnico y/o fundamental lo haya inducido a tomarlo,  esperando que el mercado se mueva a su favor, pues resulta que no siempre lo hará, es entonces cuando necesitas un control de pérdidas, una herramienta que corte la operación, con cierta pérdida calculada, una cantidad de dinero que antes de entrar a mercado y según tu plan de negocios, has decidido arriesgar. Esto usualmente evita que quemes tu cuenta rápidamente, porque infelizmente en el mercado como en la vida, el precio se mueve como le de la gana y no como nos gusta. Es por tanto una herramienta muy valiosa. La mayoría de personas que entran en este negocio quiebran antes del primer mes, debido a que no gestionan sus emociones, no pueden aceptar la pérdida adecuadamente, quitan su SL (Stop Loss), con la esperanza de que el precio se detenga por fin y empiece a ir a su favor, pero el mercado no perdona.

Y la vida tampoco.

Cuando en la vida, tomamos una posición (un punto de vista ideológico, político, financiero), deberíamos tener un control de pérdidas. ¿En qué momento deberíamos cambiar nuestra posición frente a cualquiera de estos temas antes de que la vida nos muestre lo equivocados que estamos? ¿Qué tiene que suceder para que nuestro ego herido acepte de una buena vez que nos equivocamos en nuestra posición antes de que haya más pérdidas? ¿Cuál es el límite moral, financiero, ideológico, que debemos permitirnos antes de sostener lo insostenible? Porque no es necesario “quemarnos” defendiendo un punto de vista que evidenció hace rato que es insostenible. ¿Cuánto dinero, cuánta dignidad, cuántos amigos, cuantos familiares necesitamos “quemar” antes de reconocer que nuestra posición está equivocada? Como el trader novato que decidió no colocar un límite a su pérdida hasta que el bróker vació su cuenta, estará el individuo que decidió sostener una posición perdedora que al final lo dejó solo, sin amigos, sin familia, sin dignidad; tanto sacrificio en el altar de su ego para nada…