Luego de transitar por varias sectas y religiones y de estudiarlas un poco (sin auto-proclamarme un experto), me doy cuenta que sus dogmas pueden ser extrapolados a organizaciones de cualquier tipo; es producto de la postmodernidad aplicar tales conceptos a empresas y mercados dando como resultado un hervidero (una mezcolanza) de ideologías que el adepto trae de los cabellos como evidencia de la verdad pero que no suele profundizar demasiado. Es así como encontramos a cualquier profano afirmando cosas que conoce a medias con la certeza que otorga un dogma. Y no es que esté mal la verdad, por lo menos está en una búsqueda evolutiva personal aunque esté confundiendo la riqueza con la abundancia, la abundancia con la felicidad y la felicidad con la riqueza. En otro aspecto confunde las metas con los deseos, los deseos con los sueños y los sueños con las metas. Es una mezcolanza peligrosa porque para el profano que ni siquiera tiene las agallas de convertirse en fanático, suele sucederle que se queda a mitad de camino, frustrado, resentido, porque su mediocridad no le alcanza ni para ser rico y menos para ser feliz (que es la promesa empresarial del dogma). Por supuesto como todo dogma es inexpugnable y su doctrina se apodera de la verdad, por lo que no voy ni a intentar rebatirlo. Sólo quisiera advertir que si vas a desarrollar cualquier tipo de proyecto empresarial, lo hagas por las razones correctas. Si éstas están sincronizadas con tu propósito de vida, no hay forma de que falles. Pero sino, estarás en el grueso de la campana de Gauss; la gran masa que se ahoga en su propia mediocridad y que buscará siempre culpar al resto de sus propios fracasos.
Quien tenga oidos...
Mi recomendado
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