12/15/2015

Momentos

 ¿Has notado cómo perdemos fácil la paz interior? Es decir, la única posibilidad que tenemos de lograr cierta 'felicidad' en este Reformatorio ubicado en este planeta azul, es manteniendo la paz interior, un estado de calma originado por la conciencia de saber que no hay forma de cambiar el presente ni el pasado pero en cambio sí el futuro, por tanto llorar o angustiarse por el ahora es una pérdida deliberada de energía y tiempo. Pero aún así elegimos ser infelices en toda su extensión. Y eso que supuestamente somos el Súmmum de la humanidad, no hay criatura por encima del hombre humano (lo que es fácilmente rebatible pero no ahora). Nos amargamos y amargamos a nuestros seres queridos con cada estupidez dando por sentado que tenemos todo el tiempo, como si supiéramos que estarán ahí por siempre; nos damos el lujo de intercambiar valiosos momentos llenos de sencillez y tranquilidad por darle gusto a nuestro ego, (¡porque es que a mí nadiennnn me hace eso!) ¿qué se cree? Hoy en día entiendo por qué es que realmente se llora a un ser querido fallecido. No porque se haya ido realmente, hoy esoty seguro que no. Es porque muy en el fondo de nuestro corazón lamentamos todos esos momentos estúpidamente perdidos, discusiones inútiles, enojos injustificados; lo que duele es haber desaprovechado tanto tiempo en malestares infértiles que no nos trajeron sino incomodidades, a nosotros mismos y a los seres que amamos. Que triste raza somos, teniendo tanto por lo que estar agradecidos, teniendo tantas razones por disfrutar de la vida. No porque sea perfecta, (una inteligencia interior me dejó saber que no existe ese estado de perfección en esta experiencia) sino porque en realidad existen más cosas 'buenas' que 'malas' y que inclinarnos por validar más las malas, es signo inequívoco de un pobre desarrollo espiritual. Bueno tenía que sacarme esto y lo hice. Como siempre, gústele a quien le guste. Ahí vamos en este Proceso de despertar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario