6/09/2022

EL CURIOSO EFECTO DUNNIG-KRUGER

 

Pues siguiendo con mi secuencia de artículos popularísimos y aceptados (Eso en facefuck, Insta, son miles de laiks), reflejando una amplia aceptación, voy a continuar ahora con un fenómeno bastante común en redes sociales y no menos misterioso. Hablo del curioso efecto Dunning-Kruger: Cuanto menos sabemos, más creemos saber. Pero la pregunta aquí es ¿A qué se debe? Cómo se explica que cada experimento social sobre este efecto, conduzca invariablemente al mismo resultado. Hay hoy una teoría que tiene que ver con un sesgo cognitivo muy interesante, en las personas que se espcializa en una sola área. Creemos que por manejar alguna área específica del conocimiento o de la praxis, conocemos y comprendemos a cabalidad cualquier tema por extensión. Ahora, este es un síndrome que se puede superar, pero requiere ser receptivo a la crítica. Ahí sí se complica la cosa porque crecimos en un sistema educativo que castiga el error, crecimos creyendo que equivocarse o no saber algo, es intrínsecamente malo. 

Will Durant dijo alguna vez que la educación es el progresivo descubrimiento de nuestra propia ignorancia; al menos en mi caso particular es así, me gusta mucho leer de todo un poco, pero cada tema que descubro, me muestra un espectro de sutilezas que me sugieren que hay mucho más. 

Lo realmente peligroso de este efecto es que quienes son incompetentes no sólo pueden llegar a conclusiones erróneas sino a decisiones desafortunadas. Podríamos estancarnos en nuetra evolución personal por considerar que ya estamos bien, que ya sabemos lo suficiente y por lo tanto el resto se equivoca. Es una característica muy común en redes, ver cómo se afirma categórica y taxativamente cualquier cosa, dando por sentado que tenemos la última palabra, que tenemos "la verdad" cogida por las pelotas y que no es ni medianamente posible que estemos equivocados. El incompetente, el ignorante, habla con mucha seguridad, afirma, niega, polemiza con frecuencia agresivamente, sobre temas que a veces no resisten el más mínimo análisis racional. Se les reconoce  por su agresividad y la seguridad con que se expresa, porque van de muro en muro esparciendo sus opiniones sin ruborizarse; Si se identifica con alguna ideología, se convierte en su apóstol, ni siquiera en su ideólogo. Esto lo combina con otro sesgo cognitivo del que hablé (creo) hace poco, llamado sessgo de confirmación. Existe una línea borrosa entre esta conducta y el fanatismo.

 A este sesgo de confirmación le voy a dedicar unas líneas en una próxima ocasión. Ojalá si hay algún psicólogo o psiquiatra o investigador por acá, que pueda controvertir estas ideas, o me pueda aportar alguna biografía, me lo haga saber. Estaré más que agradecido. 

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