7/23/2022

EL CORAZÓN DEL HOMBRE

 


Me pidieron que ahondara sobre un tema sobre la publicación anterior de mi blog y que sé que sólo toqué de forma tangencial. Voy a intentarlo pero siempre recuerden que estoy hablando de mi propia interpretación, percepción y estudios. Nada de lo que yo escriba o afirma tiene que ser cierto. Sólo me apoyo en los postulados científicos que he leído y bien sabemos que estos pueden variar sustancialmente con el tiempo.

Tiene que ver con ese hábito que yo llamé "Monólogo entre dos personas (o más)", ese afán infantil de hablar de sí mismo cuando otros hablan de sí mismos, enfrascándose en una competencia de información, con frecuencia desbordante e innecesaria. Cuando el individuo es ligeramente más listillo y desea subliminar su desesperada búsqueda de aceptación, admiración, respeto, envidia o lo que sea que necesite generar durante esas interacciones sociales, hace una pregunta a la otra persona, pero buscará ingeniosamente la forma de retomar el tema que le interesa: Él/Ella misma.

Este narcisismo individual y social, lo describe perfectamente Erich Fromm en su libro "El corazón del hombre", porque lo desliga sabiamente del narcisismo freudiano restringido al niño pequeño y al paciente psicótico. Voy a resumirlo con un chiste que el mismo Erich narra en su libro:

"Un escritor se encuentra con un amigo y durante mucho tiempo le habla de sí mismo. Después dice: "Hablé de mí hasta ahora. Hablemos ahora de ti. ¿Te gustó mi último libro?"

Seguramente me dirás "Ah pero yo no soy narcisista, no me considero bonito o bonita y no he desarrollado ningún apego a mi persona". Ok, el hecho de que no te hayas identificado con tu cuerpo no significa que no lo seas (todos los somos), pero prefiero citar textualmente a Fromm aquí: "El individuo narcisista no toma necesariamente toda su persona como objeto de su narcisismo. Frecuentemente enfoca su narcisismo sobre un aspecto parcial de su personalidad; por ejemplo, su honor, su inteligencia, sus proezas físicas, su ingenio, su buen aspecto (en ocasiones constreñido a detalles como el pelo o la nariz). A veces su narcisismo se refiere a cualidades de que normalmente no se enorgullecería una persona, como su capacidad para sentir miedo y, en consecuencia, para prever el peligro. "Él" se identifica con un aspecto parcial de sí mismo. Si preguntamos quién es "él", la respuesta adecuada sería que "él" es su cerebro, su fama, su riqueza, su pene, su conciencia, y así sucesivamente. Todos los ídolos de las diferentes religiones representan otros tantos aspectos parciales del hombre. En el individuo narcisista, el objeto de su narcisismo es cualquiera de las cualidades parciales que para él constituyen su yo. El individuo cuyo yo está representado por su propiedad puede recibir bien una amenaza a su dignidad, una amenaza a sus pertenencias es como una amenaza a su vida."

A veces su objeto de narcisismo no es él mismo sino otras personas, sus hijos, sus parejas, sus amigos, sus líderes políticos y religiosos a quienes percibe como una extensión holográfica de sí mismo. "No es porque sea mi hijo pero..."

Así las cosas, no está mal reconocer que estamos enfermos, nuestra narcosis moral explica por qué un dictador o un asesino es malo sí y sólo si no forma parte de nuestra cosmovisión social, ética, moral; porque cuando converge con ella, mágicamente encontramos explicaciones racionales para justificar cualquier barbaridad.

Espero haber cubierto en parte tus expectativas. 

p.d. Si alguna o algún feminista tiene algún reclamo que hacerme por el título o el lenguaje poco "inclusivo" que uso o por el título del libro, podemos charlarlo en público o en privado.

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