9/14/2022

BLANCO O NEGRO

 

Existen varias razones por las que las redes sociales son para mí un laboratorio social, un campo experimental del comportamiento humano; aprietas un botón por aquí, una clavija por allá y saltan resortes emocionales que revelan sutilmente las estructuras psicológicas de muchas personas. Aparte de que el escenario macondiano de un país como el nuestro le aporta el combustible perfecto para estudios de esta naturaleza.

Y aprovecharé el término “combustible” para encend… Quiero decir, para iniciar el soliloquio de hoy. Muchos (incluyéndome), se han divertido por cuenta de la fauna política colombiana, dada su inclinación a alimentar esta fábrica de memes que conforma la crítica social y política debido al nivel intelectual de sus ciudadanos; encontré divertidos cuantos memes surgían de las desinteligencias del anterior presidente hasta las no menos hilarantes salidas en falso de varios personajillos de la farándula política actual. Pero poniendo los chistes a un lado, he podido percibir que la mayor parte del origen de esta posición de superioridad moral en la que nosotros, seamos del partido o tendencia política que sea, ostentamos, se sujeta a un fenómeno llamado Error de atribución fundamental, también conocido como el sesgo de correspondencia o de sobre-atribución, es la tendencia que tenemos de sobre-atribuir las características personales e ignorar factores contextuales cuando juzgamos el comportamiento de los demás. Debido al error fundamental de atribución, solemos creer que los que actúan mal son malas personas. No estamos dispuestos a tomar en cuenta los factores contextuales o estructurales cuando juzgamos las acciones y situaciones de los demás. Pero esto no es todo, aquí entra otro concepto que encontré interesante en mis estudios científicos (XD), se llama Grupo de pertenencia/Grupo de no-pertenencia.  Un grupo de pertenencia es un grupo compuesto de personas que se identifican consigo mismos a base de una serie de características o factores incluyendo el género, la raza/etnia, la religión, o la geografía, entre otras cosas. Por ahí leí un estudio en el que cuando los aficionados del futbol veían que otros aficionados (del mismo equipo) sufrían algún daño físico, sentían empatía por ellos. Pero cuando ese trataba del equipo rival, sentían placer. Y es que solemos hacer distinciones importantes basadas en grupo de pertenencia o no-pertenencia cuando se trata de cuestiones morales. Cuando alguien dentro de nuestro grupo de pertenencia se comporta mal, la reacción natural es ignorar el comportamiento o minimizarlo, pero cuando se trata de alguien que no pertenece a nuestro grupo, solemos juzgar su comportamiento de manera mucho más punitiva. De hecho, cuando las distinciones entre la pertenencia o no al grupo substituyen la reflexión consciente y racional, somos capaces de hacernos daño el uno al otro y comportarnos de manera poco ética.

Así las cosas, un grupo de pertenencia que conozco de cerca, se dio gusto atacando y burlándose de otro grupo de pertenencia por cuatro años sin un solo día de descanso, no me dejen mentir; tal vez por ingenuidad o desconocimiento de las leyes termodinámicas de la vida que siempre busca equilibrarse, ni se imaginaron que esta pondría todos los elementos perfectos para que ahora su grupo de pertenencia fuese el blanco de burlas y memes. Ambos grupos creen honestamente que su cognición moral es la adecuada,   obviamente no pueden sustraerse del fenómeno del sesgo de confirmación de modo que eso se extenderá hasta que evolucionen y comprendan que este planeta no es un paraíso perdido y que la especie humana no es la creación perfecta de Dios; aunque puede que sí, pero no en este planeta, evidentemente. Mientras idealicemos personas, ideologías, partidos, habrá división y guerras. Y memes divertidos claro está, porque qué tiene de malo divertirse en esta prisión perpetua.


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