6/10/2023

GEN-Z

 

Tal vez algunos de mis hipotéticos lectores puedan identificarse conmigo en la siguiente disertación, especialmente si han tenido o tienen hijos, sobrinos o personitas cercanas, que hagan parte de la generación Z o Centennials. Haciendo la salvedad primero que, al hacer este análisis, no considero a los “Z” ni mejor ni peor que ninguna otra generación y que como todo análisis subjetivo, caigo en generalidades.

La Gen “Z”, se refiere a las personas nacidas aproximadamente entre 1997 y 2012, por lo que su edad actual oscila entre los 10 y los 25 años. Son la primera generación que ha crecido con una conectividad digital constante. Son nativos digitales y están acostumbrados a comunicarse a través de mensajes de texto, redes sociales y video llamadas; con frecuencia casi que exclusivamente de esta forma. Valoran (en ocasiones, sobrevaloran) la inmediatez que se desprende de la tecnología digital. Esto nos arroja una de sus más consistentes debilidades y es que los procesos de la vida suelen ser todo lo contrario a inmediatas; lo que virtualmente desencadena una experiencia emocional y psicológica conocida como La Frustración, y cuando una persona experimenta frustración, es común que sienta una variedad de emociones negativas, como tristeza, enojo, desesperanza o desilusión. Estas emociones pueden llevar a comportamientos negativos, como la irritabilidad, la apatía o la agresividad y en un entorno mediático como el nuestro en un trastorno mental que afecta profundamente el estado de ánimo, los pensamientos y el comportamiento de una persona llamado Depresión. Algunos hemos etiquetado (me incluyo), a esta generación como la generación de cristal; en mi caso más por haber sido presa fácil de agendas plagadas de ideologías y movimientos económicos y políticos hegemónicos con sus intereses tan particulares, (Open Society Foundations, por ejemplo), quien aprovechando su debilidad (la de la Gen Z), por conceptos superficiales y mediáticos de justicia social, los usan para impulsar digitalmente sus agendas “en defensa” de la democracia, los derechos humanos, derechos LGBT+, Salud pública, la salvación del planeta, entre otros; es decir, conceptos que ¿Quién podría cuestionar? Sin embargo, para mí son la “generación de cristal” porque como padres, maestros o hermanos mayores, hemos promovido el cuidado y la protección excesiva, lo que ha llevado a una menor tolerancia a la frustración y a la adversidad. Se sugiere que, debido a la sobreprotección y a la falta de experiencias desafiantes, los miembros de esta generación pueden tener una menor capacidad para enfrentar y superar obstáculos, y pueden ser más propensos a experimentar estrés emocional y a buscar un ambiente libre de conflictos. El meme viral más representativo que recuerde es el del perrito “Me da ansiedad”.

¿Fue un error? Yo creo que sí. ¿Es su culpa? Creo que no, es nuestra. Y reitero, cada generación tuvo sus propios problemas de-formación, no veo una mejor que otra, simplemente ha sido así. Lo cierto es que esta generación al ser tan proclive a defender causas sociales nobles, combinada con su incapacidad para observar al mundo externo por fuera de una pantalla, y los planes políticos, económicos de globalización de una elite poderosa detrás de esa pantalla, será esencial en la solución final de la problemática del crecimiento de la población mundial, un tema complejo y multifacético que está influenciado por diversos factores, como la tasa de natalidad, la esperanza de vida, la migración y las tendencias demográficas del los humanos de este planeta. Creo que la Gen Z será esencial para salvar el planeta, para que unos pocos puedan sobrevivir en él. 

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