¿Hasta qué punto se evidencia un sisma entre lo que comenzó siendo
un feminismo ilustrado, liberal y sufragista, del siglo XV y XVI, cuando
mujeres de gran inteligencia y valor reclamaron el derecho a recibir educación
de manera equitativa a la recibida por los hombres, y un movimiento autoritario
e ideologizado y sobre todo movilizado y patrocinado por George Soros, un
miembro declarado del odiado Patriarcado?
Mis conocimientos sobre el feminismo se remontaban a Christine de Pizan,
con una obra que me impactó mucho: "La ciudad de las damas",
Cornelious Agrippa y su obra "De la nobleza y la preexcelencia del sexo
femenino"; tal vez las feministas modernas desconocen la obra de dos
religiosos que resultaron ser el óbice intelectual para la primera emancipación
feminista de la historia, hablo del padre Du Boscq , no recuerdo el nombre de
un ensayo que leí hace mucho tiempo, pero sí recuerdo con claridad la obra del
sacerdote Poulain de la Barre: "La igualdad de los sexos". Creo con
cierta certeza que no se van a tomar la molestia de leerlos porque comprendo
que podría comprometer sus obeliscos ideológicos que colocan a los hombres y
más a los religiosos en el eslabón más bajo de la evolución humana. En fin, a
la lista de la literatura feminista con la que más me identifico,
"Conversaciones sobre la pluralidad de los mundos", "La novia
perfecta"; Margarita de Valois... Digamos que no me faltan
herramientas para defender un discurso del feminismo como yo lo entiendo. Mis
queridas feministas modernas, me deben una reflexión sobre el papel de Voltaire
y Diderot, Montesquieu en este proceso de emancipación femenina a lo largo de
la historia. Pero es una obra la que emerge para mí como la obra máxima del
feminismo y su autor es John Stuart Mill, léanse "La sujeción de la
mujer". Mill, traspasa las barreras de la arena intelectual hasta llevar
su lucha a favor de la mujer, en la arena política en la cámara de los comunes,
infelizmente un primer intento fallido, pero convenientemente ignorado por el
feminismo posmoderno.
Hace un par de años creo, me surgieron en mi IG, unos desagradables videos
de no sé qué parte del mundo, de unas chicas con el torso desnudo, untadas en
la cara con sangre menstrual como vikingas guerreras, pisoteando bebés de
plástico, con unos pañuelos verdes y vociferando ¡Muerte al macho! y ¡Abajo el
patriarcado!
Mi Intuición me indica entonces que a lo mejor me falta completar mi
formación en Feminismo a través de la literatura que es, digámoslo, mi medio
preferido de información; me di a la tarea de investigar cuáles eran sus
fuentes ideológicas (aquí me corregirán y perdonarán mi supina ignorancia, pero
fue lo que encontré), y claro, era obligado leer a Simone de Beauvoir; comencé
con su obra "El segundo sexo", continué con "La larga
marcha" y curiosamente esta búsqueda que me tomó casi un año me llevó a
las propuestas teóricas de la Escuela de Frankfurt, bastión incuestionable de
lo que hoy yo reconozco como marxismo cultural. Obligada reflexión, hice
algunas anotaciones en ese entonces que busqué para citar en esta pretensión de
ensayo:
1. Simone era la pareja del filósofo existencialista Jean-Paul Sartre (muy
conocido por mí en mi época universitaria)
2. “La larga marcha”, es una intrincada apología a la revolución cultural
china del conocido genocida Mao Tse Tung (esto no lo encuentras en Twitter).
3. De Beauvoir, sólo parecía tener críticas a la sociedad occidental
capitalista, pero (y esto en un afán de toparme con algún hilillo de coherencia
ideológica), no hace una sola mención a la opresión femenina del bloque
comunista, mientras que afloran con frecuencia, pasajes apologéticos a las
URSS.
Queridos, esto ya está muy largo y como me dijeron el otro día, yo escribía
bien pero que me extendía en palabrería sin sentido, voy a complacerlo y dejar
hasta aquí, por ahora; porque quisiera referirme al muy bien ponderado término
Patriarcado en mi próximo ensayo, suponiendo que aún tuviera lectores
interesados a quienes no haya ya sacrificado en el altar de mi entusiasmo
literario.
Seguimos después.
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