¿SECCIÓN DE ALIMENTOS SALUDABLES?

 

Y sin embargo nos parece tan natural, tan… normal. No se nos enciende una alarma, a pesar de la sirena de bomberos que debería estar sonando en nuestra cabeza cuando vemos cosas así, ni por el putas. Porque como somos gente muy estudiada, no necesitamos estudiar más, leer, aprender, investigar…  Basta con que un “científico” en bata salga en un comercial o en programa pagado por patrocinadores diciendo que algún producto alimenticio es bueno o malo para nuestra salud para nosotros asentir como vacas. Ni de fundas vamos a investigar y encontrar que la gran mayoría de “médicos” e investigaciones que demonizan o alaban algún producto, han sido pagados por los empresarios que venden sus propios productos. Cuando critican algún producto ni se nos ocurre que nos están vendiendo otro. (Por cierto, pasa en esta industria, en política, en todo).

Figúrate, “SECCIÓN DE PRODUCTOS SALUDABLES”. Pero como nos gusta culpar a otros de que dizque nos engañan, nos usan… Pero la verdad señores es que no se engaña a quien tiene la suficiente pereza para no pensar por sí mismo, por investigar más. La industria “alimenticia” es un negocio obsceno, una industria que se conecta con la industria médica como siameses pegados por la cabeza. Estamos tan ocupados consumiendo productos en redes sociales y televisión, criticando políticos y gente pública que no le aporta nada a nuestras vidas que ni se nos ocurre relacionar las enfermedades terminales con lo que comemos sistemáticamente. Quedarías horrorizado, traumatizado si supieras todo lo que metes en tu nevera. Y lo digo con conocimiento de causa, dolorosamente motivado por la horrible enfermedad que acabó con mi papá en seis meses. Ojalá pudiera compartirte todo lo que le ha aportado a mi salud física y mental y a la de mi familia y cercanos, el haber investigado, leído y cambiado radicalmente mis hábitos alimenticios. Pero no puedo, necesitamos desconectarnos decididamente de los neuropéptidos que nuestro cerebro segrega cada vez que estamos consumiendo indiscriminadamente en redes sociales y el streaming de contenidos vacíos, productos y servicios que buscan endeudarnos más y mantenernos esclavos y enfermos.